Tarta de queso quark

 
Hoy os traigo una receta improvisada, una tarta de queso quark. Ayer estaba organizando el frigorífico y me encontré con dos tarrinas grandes de queso quark que tenía casi olvidadas, y ya puestos a vaciar el frigo pensé en hacer una tarta de queso al horno, hacía ya bastante que no comíamos una.

No tengo fotos del making of porque no fue una receta pensada para el blog, pero como ha salido bien tenía que contarlo. Las cantidades que usé son grandes y con ellas hice una tarta súper grande y otra pequeña de 4 porciones. Para una tarta tamaño normal bastarán la mitad de cada ingrediente. Yo lo hice todo a ojo, intentare dar medidas.

1kg de queso quark, usé unas tarrinas que venden en Lidl a poco más de un euro, cada una de medio kilo.

1 brick pequeño de nata de cocinar

8 huevos

Medio vaso de leche, yo usé leche de almendras ( la tengo ahí y no sabía qué hacer con ella porque no me gusta como bebida) 

200gr de azúcar, esto es modulable según el gusto de cada uno

6 cucharadas soperas de harina de trigo 

2 sobres de levadura royal

Para la base (opcional) 1 tubo de galletas digestive y 100gr de mantequilla

Mezclamos los huevos con la nata, cuando se integren añadimos el queso y seguimos mezclando, agregamos la leche y el azúcar, y por último se añade la harina con la levadura. Se puede hacer a mano con la varilla, en esta ocasión por comodidad y rapidez usé la amasadora, al ser tanta cantidad facilita mucho el trabajo.

Precalentamos el horno a 180º calor arriba y abajo! sin aire.

Mientras esperamos al horno, pulverizamos las galletas digestive, lo perfecto es hacerlo en una picadora eléctrica, cuando la textura es arenosa, agregamos la mantequilla derretida e integramos todo.

A continuación forramos la base del molde apretando con una cuchara o un mini rodillo. Metemos el molde al congelador unos minutos, en lo que el horno termina de precalentar.

Sacamos el molde del congelador y vertemos en él la masa de queso.

Horneamos durante una hora, vais a ver cómo se va dorando por arriba, no sube demasiado, así que podéis llenar el molde casi hasta arriba sin temor a que se derrame durante el horneado. Comprobad después de una hora si está bien cocida clavándole un palillo o un cake tester, si sale limpio ya está.

Para esta receta utilicé un molde con arandela desmontable, antes de abrir el aro recomiendo pasar un cuchillo por el borde para asegurarnos de que la tarta se va a desmoldar sin romperse. Para despegarla del fondo y pasarla a un plato, lo ideal es hacerlo con una espátula de repostería, cuanto más grande mejor, hay que pasarla por todo el fondo de la tarta, después será muy fácil despegarla.

 
Esta es la tarta grande, lo bueno de hacer tanta cantidad es que queda una tarta alta, cosa que agradezco en las tartas de queso.

  Y esta es la pequeña, la decoré con una capa de la mermelada de fresas que hice hace unos días, y le coloqué fresas frescas por encima.

   

  

 Por ultimo le puse una capa de cobertura de gelatina para darle brillo. Esta no quedó tan alta como la tarta grande ya que la hice con lo sobrante por aprovecharlo.

  Para la tarta grande mezclé la mermelada de fresa con el sobrante de gelatina neutra. Después la metí a la nevera para que solidifique. De todas formas la mejor manera de conservar este tipo de tartas es en frío.

  La verdad que ha quedado muy rica, muy ligera de textura, hay que tener en cuenta que el queso quark es de dieta, no es tan graso como el Philadelphia o los quesitos con los que se suele hacer la tarta de queso al horno.

A mí me gusta acompañarla de crema de limón ( lemon curd) para darle un toque cítrico, y también se puede agregar a la masa ralladura de limón, o esencia de vainilla, etc. Resulta una receta muy versátil.

No sé lo que durará pero al paso que vamos no llega al fin de semana xD

Probadla porque seguro que os gusta!!!